SANTO DOMINGO, RD.- A pesar del desarrollo Nuevo Domingo Savio, para transformar los barrios La Ciénaga y Los Guandules, a punto de ser inaugurado, muchas familias siguen continúan viviendas muy precarias, próximo y debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez a en ambas márgenes del río Ozama.
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Ciudad Alternativa (CA) con más de 30 años incidiendo en los barrios de esa zona, responsabiliza del hacinamiento a falta de vigilancia y aplicación de la Ley de los diferentes gobiernos, tanto nacionales como locales.
Ricardo González, director ejecutivo de CA, señala que la Ley 64-00 de Medio Ambiente y Recursos Naturales, establece la distancia de las márgenes de los ríos y cañadas en la que se puede construir, lo que no es aplicado por las autoridades.
A pesar del avance del Nuevo Domingo Savio, todavía quedan algunas propiedades debajo del puente con cuyos propietarios la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE) negocia para ser demolidas.
En ese sentido, Ricardo González estima que el método utilizado por URBE para desocupar familias vulnerables, como el de entregar recursos económicos para que abandonen, no es el correcto.
En cambio propone al gobierno que en caso de de que se embarque en otras etapas o proyectos similares, que primero se construyan las viviendas a donde irían los desalojados.
Afirma que con el método de entrega de dinero la mayoría que lo recibe lo que hace es que se muda a lugares cercanos, en ocasiones en zonas peor de donde fueron sacados.
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Sostienen que el dinero que paga el gobierno por las viviendas a los propietarios e inquilinos no alcanza para adquirir otra fuera de la vulnerabilidad, por los que son empujados a seguir en el peligro.
“Los que reciben las familias no les alcanza para salir de la zona, apenas da para irse a otra cañada o a orilla del río, cuando deberían ser reubicadas en viviendas adecuadas, ese es nuestro problema con URBE”, expresa.
En Gualey, casi debajo del puente por el que rueda la segunda línea del Metro, más de 50 propietarios de casas esperan ser reubicados o indemnizados por la URBE, ya que llevan varios años censados.
En tanto que en Ribera del Ozama, ambos lados del puente Francisco del Rosario Sánchez, casi 400 casas están censadas por la entidad del gobierno desde hace varios años, sin embargo, el proceso de negociación no ha iniciado.
El director ejecutivo de CA, Ricardo González, advierte que con el relleno que aplicó URBE del lado occidental del Ozama para el proyecto Domingo Savio, ahora el río se expande hacia el otro lado, por lo que las más viviendas son inundadas cuando crece.
Estima que tanto las diferentes gestiones gubernamentales como de los ayuntamientos, han sido permisivos al no evitar o regular los asentamientos humanos, lo que ha creado en grave problema de vulnerabilidad que se demuestra cada vez que se producen fuertes lluvias.
Considera que las autoridades debieron y deben aplicar la Ley de Medio Ambiente y Recursos Naturales en cuanto a dejar libre y arbolizados las márgenes de ríos y cañadas.
“Por eso, al Estado no vigilar y arborizar esas zonas, la gente las ocupa, creando un gran problema de vulnerabilidad que luego resulta para recuperarlas sale muy cara al estado.
Los mejores ejemplos de los costosos que resulta rescatar áreas de ríos y cañadas, son La Barquita con su proyecto Nueva Barquita, ahora el Nuevo Domingo Savio.