SANTO DOMINGO, RD. -La avalancha de personas que prácticamente ocupó todo el perímetro de la sede central de la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN) convocado por el intercambio de “plásticos por escolares”, demuestra que si se le agrega valor a los residuos desaparecen de las calles.
La ingeniera industrial Carmen Veloz Coma, evaluadora de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) resalta la importancia de la iniciativa de la alcaldesa Carolina Mejía, pero urge que el tema ambiental sea introducido en la currícula de educación inicial y básica.
Destaca al mismo tiempo que los más de siete millones de botellas plásticas recolectada por los ciudadanos para llevarlas a la ADN ya no irían a las calles a tapar los imbornales, ni a cañadas, ríos para luego terminar en al mar, contaminando todo el ecosistema.
Considera urgente un cambio en el sistema de recolección y disposición final de los desechos sólidos y que estable la Ley   General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, No. 225-20.
Explica que no se hace nada con que en los hogares se separen los residuos y cuando pase el camión recolector vayan todos al mismo aparato y luego al mismo destino final, posiblemente al vertedero.
Sugiere que se implementen sistemas en los cuales los ciudadanos tengan acceso para llevar residuos plásticos y en cambio reciban algún beneficio, algo parecido a la iniciativa del ADN, pero de manera contante.
“Que se comience por ese punto para que la sociedad vaya tomando conciencia y vea que los residuos pueden ser valorizados, lo que se vería hasta como una oportunidad de emprendimiento en que varias familias se unan para trabajar y recolectar los residuos plásticos”, apunta.
Explica que la propia Ley 225-20 trata el tema de la revalorización de los residuos sólidos, con lo que trata de que haya un cambio en el sistema de recolección.
Señala que para las alcaldías la implementación de un nuevo sistema implica grandes inversiones, ya que hay que comenzar por cambiar las flotillas vehiculares, las rutas y forma de recolección, acompañado de una fuerte campaña de concienciación en los munícipes.
 Ese cambio implica la ejecución por parte de las alcaldías de un plan de rutas y frecuencias, en el que por ejemplo pasará lunes y miércoles por los plásticos y los días siguientes los demás residuos que se generen en los hogares.
 “Es un proceso bastante amplio y ambicioso, pero ya otros países que han alcanzado la cumbre en el tema les ha costado entre 15 y 20 años para llegar a ese punto, pero empezaron, nosotros tenemos que empezar”, subraya Carmen Veloz Coma, de la Comisión Ambiental de la UASD.