SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El obispo de la diócesis de San Juan, monseñor Tomás A. Concepción, elevó plegaria al Todopoderoso por la vida  y las tierras de las 390 familias desalojadas hace dos años para la construcción de la prensa de Monte Grande, en el Sur de República presa de Monte Grande fue oficiada este martes a las 5 de la tar, Dominicana.

Durante una eucaristía en el salón multiuso de la escuela Carlos Vargas del nuevo centro poblado del mismo nombre por Monseñor Concepción, abogó porque terminen los sufrimientos de los campesinos, desde hace dos años.

Al acto litúrgico asistieron decenas de familias cuyas mejoras, parcelas y cosechas se encuentran hoy y desde hace 2 años sumergidas bajo el lago de la presa, quienes esperanzados abarrotaron el amplio espacio del salón escolar para escuchar la plegaria del prelado católico.

Concepción, acudió al lugar a solicitud de los líderes de sus Comités de Protección y Defensa de las comunidades afectadas: Monte Grande, San Simón, La Meseta, Los Güiros y Hato Nuevo Cortés. Les acompañaron delegaciones de la Coalición Enriquillo, la Articulación Nacional Campesina y Lemba.

Abogó porque la paz espiritual vuelva a sus corazones y el bienestar material a sus hogares a través de la tierra prometida y el agua, al tiempo que Exhortó a los campesinos a que se mantengan unidos con el amor del prójimo para que esto se haga posible.

Los damnificados confían que con la plegaria y apoyo de la iglesia pudan llegar a tocar el corazón de los funcionarios del gobierno, que desde hace más de 2 años los tienen cargando la pesada cruz de un doloroso viacrucis, al incumplir con los acuerdos firmados por el Estado, a través del INDRHI y el IAD, al momento de sacarlos de sus casas, destruirles sus cosechas y desarraigarlos de sus predios.

Recuerdan que mediante estos compromisos el Estado se obligó a entregarles sendas parcelas de 30 tareas de tierra en un asentamiento agrícola cercano, con agua para riego presurizado, asistencia técnica y comercial, equipo y créditos para la producción, pagarles sus mejoras y cosechas destruidas a precio justo.

De igual modo, proporcionarles un sustento a cada familia, hasta tanto las tierras del asentamiento agrícola estuviera en producción y construirles una vivienda digna en un nuevo centro poblado con todos los servicios públicos y sociales.

Hasta el momento, precisan, sólo las viviendas han sido entregadas, mientras que con los pagos de los daños sufridos y la ayuda económica familiar temporal no se ha cumplido como fue acordado, pues solo algunas familias los han recibido parcial e irregularmente.

Sostienen que el aspecto fundamental de los compromisos, que son las 30 tareas de tierra en el asentamiento agrícola, porque con ellas es que las familias generarían los ingresos para su sustento, bienestar y progreso, aún sigue en el aire, sin solución, después de 2 años de continuas reuniones con ministros y directores generales en el Palacio y en el Campamento del proyecto.

Pero todo no ha sido más que promesas demagógicas, indolentes engaños y puros mareos, incluyendo la última del día 5 de marzo recién pasado en Monte Grande, con el ministro de la presidencia, José Ignacio Paliza, quien prometió que en la siguiente semana se empezaría a resolver el compromiso de entrega de 10 tareas de tierra primeras en Monte Grande, lo que no ha ocurrido.

Indican que esos incumplimientos es lo que genera la carga de sufrimientos que padecen las familias de Monte Grande, los ha llevado a la protesta hasta frente al Palacio y a decir que prefieren morir luchando en las calles, caminos y carreteras que de hambre encerrados en sus casas.