SANTO DOMINGO.- Hasta en la tumba las personas que durante sus vidas dieron amor y estuvieron cerca de sus hijos, nietos, hermanos, vecinos y allegados, ayer Día de los Fieles Difuntos, recibieron el cariño con oraciones, depósito de flores y velas en los cementerios, donde descansan externamente.

Por eso, muchos aprovecharon la fecha para clamar por la unidad en la familia, así como la solidaridad, para de esa manera combatir la violencia y la seguridad que ocasiones pone tensa a la sociedad dominicana.

Contrario a años anteriores, en esta ocasión los deudos destacaron la seguridad y limpieza en los camposantos, especialmente en el Cristo Redentor, Nacional de la Máximo Gómez y Cristo Rey, perteneciente al Distrito Nacional.

La señora Mercedes Reid, acudió al panteón donde se guardan los restos de su madre, su esposo, nieta y otros parientes, exhorta a la unión familiar y a las autoridades imponer la educación ciudadana para poder tener un país mejor.

“Nos hace falta mucha educación ciudadana que hay que incentivar desde la escuela, los medios de comunicación, porque muchos de los problemas que tenemos es por eso, no nos comportamos como ciudadanos en la calles”, expresó, mientras limpiaba el entorno del panteón de sus familiares.

Víctor Méndez, acudió al camposanto a la tumba de su madre, resaltó la seguridad que exhibe en estos momento el cementerio Máximo Gómez, a partir de que la verja perimetral fue subida varios metros, además la cantidad de agentes municipales.

José Nicolás de Los Santos, se trasladó desde Villas Agrícolas para visitar la rumba de Santiago del Orbe, en el cementerio de Cristo Rey, un comerciante que murió hace siete años, pero que fue muy solidario con los vecinos.

Sugiere a los demás incentivar la solidaridad y el amor hacia los demás, sin importar credos religiosos, colores de partidos ni razas, porque basta ser humano.

Destacó la limpieza, el orden y la seguridad en el cementerio de Cristo Rey, históricamente uno de los camposantos más inseguros del gran Santo Domingo, pero que en esta ocasión los agentes de la Policía Nacional y los municipales estaban muy activos.

 Johanna Jiménez y María de los Santos, se presentaron al cementerio de Cristo Rey para honrar a su madre y abuela, porque fue una mujer muy querida y crió a sus hijos, nieto y bisnietos apegados a los parámetros morales y religiosos.  

Para Pedro José, que visitó la tumba de una familiar en el cementerio Cristo Redentor el mayor problema fue el tapón con que se encontró para poder llegar a su destino, ya que tardó más de 40 minutos desde la Autopista Duarte al camposanto.

En esta ocasión no hubo quejas del público que asistió al cementerio por descuido en el camposanto ni de robos recientes, como era común en años anteriores.

Rosa Ventura limpiaba el panteón de un pariente, al tiempo que colocaba velones y flores en la tumba, tras considerar que el Día de los Fieles Difunto es especial.