SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La obstaculización del tránsito vehicular y peatonal en calles y avenidas por parte de constructores y de las propias instancias del Estado, es producto de la falta de gestión de los ayuntamientos, que en caso como el Distrito Nacional cuenta con una normativa para impedirlo.
Así lo explica el arquitecto y urbanista Cristóbal Valdez, en un trabajo publicado en el periódico Hoy, al responder inquietudes de vecinos y comerciantes de la ciudad colonial y otras zonas de Santo Domingo ante los inconvenientes por obstrucciones de vías.
Sin embargo, señala que no existen normativas para establecer tiempos que determinen las obstrucciones al libre tránsito por parte de las obras que se levantan en un lugar determinado.
Señala que para el caso específico del polígono central del Distrito Nacional existe una normativa del año 1997 en la que establece la obligatoriedad de las obras de dejar al menos tres metros de aceras libre al tránsito peatonal, pero ha sido violada flagrantemente por diferentes gestiones locales.
Cita una gran cantidad de edificaciones levantadas en la ciudad que no dejan la cantidad de metros de aceras que manda la normativa, violadas por los propietarios y constructores de estas.
“Esto ocurre porque no hay una gestión adecuada, no supervisan adecuadamente, como si la normativa no existiera”, afirma Valdez, uno de los urbanistas de mayor prestigio en el país.
Invita a imaginar lo que ocurre en las periferias y otras ciudades del país, si en el polígono central del DN, donde hay normativas, no se respetan los espacios destinados al libre tránsito peatonal y disfrute de las personas.
“Esto es parte importante del caos que existe en el tránsito vehicular que no puede moverse libremente en las vías porque muchas veces están obstruidas, culpa de una gestión municipal no realizada”, precisa.

Pie de foto: Esta estructura lleva más de un año en estación del Metro Mamá Tingó, obstruyendo la acera e impidiendo caminar al peatón.
Expresa que quienes tienen la oportunidad de visitar otras partes del mundo se darán cuenta que donde están adecuadas las ciudades es porque cuentan con una gestión adecuada.
Sostiene que si se deja que el particular decida, es lógico que se producirán situaciones adversas, lo que va en contra del progreso y el orden que se necesita en una ciudad como la de Santo Domingo.
La permanencia de materiales de construcción sobre aceras y calles, sin límite ni control, constituyen además un peligro al tránsito, pero también daños terribles al drenaje pluvial.
“Es una cuestión de que alguien, en este caso el ayuntamiento, tiene que tener la suficiente fuerza como para poder quitarlas, porque no se puede colocar una cantidad de materiales en la calle por tiempo indefinido”, precisa.
Lo peor, afirma, es que muchas veces son las propias autoridades las que cometen violaciones a sus propias normas.