SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Diputadas de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros denunician el estado de abandono en que se encuentran los hospitales Vinicio Calventi, en Los Alcarrizos, así como el José María Cabral y Báez, en Santiago de los Caballeros, además de que los medicamentos de alto costo no llegan a tiepo a los enfermos.
Las congresistas Rafaela González, de la provincia Santo Domingo, y Llaniris Espinal, de Santiago, rechazan el argumento del presidente de la República, Luis Abinader, en el sentido de que los hospitales públicos están remozados.
En turnos previos al inicio a la sesión de de la Cámara de Diputados (CD), la legisladora González,  perteneciente al partido Fuerza del Pueblo (FP) manifestó que en el hospital Calventi no hay siquiera jeringuillas para inyectar a los enfermos, pero tampoco calmantes para aliviar las dolencias a los enfermos.
Sostuvo que cuando alguien acude al centro sanitario de inmediato los médicos envían a los familiares a la farmacia más cercana a comprar jeringuillas, diclofenac u otros fármacos elementales, porque no existen en el hospital.
Solicitó al mandatario priorizar el tema de la salud, sobre todo, en los  hospitales, a donde acuden los dominicanos más vulnerables.
Negó que los medicamentos de alto costo lleguen a las personas más pobres, tras afirmar que pacientes con cáncer tardan dos y tres meses para recibir los fármacos.

De su lado, la diputada Llaniris Espinal, también de la Fuerza del Pueblo, denunció que a pesar de que el hospital Cabral y Báez regional del Cibao, fue remodelado hace poco, apenas cuenta con 12 ventiladores funcionando.
Deploró que de una lista de 50 pacientes en espera para ir a ventilador, tienen que esperar que muera uno o se otorgue la de alta a alguien  para ser conectado, lo que definió como deprimente e inaceptable en estos tiempos.
Expresó que cuando una persona pobre se acerca algún diputado con la esperanza de que encontrará solución a sus dolencias, lo llena de impotencia, al no poder resolver el problema, mientras la reforma a la Ley de Seguridad Social duerme el sueño externo en el Congreso.
  “Una Ley de Seguridad Social que en la actualidad el sector privado se come la masa y a nuestros hospitales manda los huesos”, sostuvo.