BANÍ, Provincia Peravia, RD.-La destrucción del santuario ecológico Dunas de Caldera, en la provincia Peravia, es el resultado de complicidades históricas entre políticos, poderosas, militares y funcionarios, unos por hacerse simpáticos y pensar en votos, otros por recibir sobornos para hacerse de la vista gorda y falta de voluntad política para actuar.
Es lamentable que tanto las autoridades locales como nacionales solamente respondan a la destrucción de Las Dunas cuando la prensa se hace eco de las denuncias que hacen los veedores del área protegida.
Urge que los ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como de Turismo, aclaren de manera definitiva las áreas protegidas y de amortiguamiento, ya que al parecer no están claras.
El obispo de la diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, afirma que quienes penetran al área protegida son personas muy poderosas que se relacionan con militares.
Estima que debe haber un cuerpo militar completo que vigile Las Dunas, con un mandato único y decisivo, porque de lo contrario este santuario dejaría de ser una reserva y un patrimonio, no solamente de Baní y República Dominicana, sino también de El Caribe.
Indica que daría pena que ahora que el Sur comienza a desarrollar el turismo, cuando lleguen los turistas encuentre Las Dunas destruidas.
Señala que en otros países donde existen dunas, como es el caso de España, estas son aprovechadas al máximo con construcciones de hoteles ecológicos en sus alrededores y que al mismo tiempo funcionan como contención.
“Urge la necesidad de un cuerpo orgánico, en el que todos unidos impida el destrozo de Las Dunas, estas son un ícono de Baní, estas podrían ser un atractivo enorme para esta comunidad”, sostiene.
Precisa que si el control lo lleva un solo organismo, que podría ser un patronato, así las exigencias se dirigen hacia una sola entidad, no como ahora donde existen varias instituciones, como Medio Ambiente, Turismo, el Servicio Nacional de Protección Ambiental (SENPA).
Señala que son muchos los dominicanos que cuando llegan a Baní quieren ir a ver Las Dunas, pero además serán muchos los turistas que vendrán a observar el pequeño desierto y otras.
Responsabiliza a los políticos de diferentes gobiernos de entregar como parcelas grandes cantidades de terrenos de Las Dunas con la finalidad de hacerse simpáticos y obtener votos.
“Si no hay una política decidida, firme y sostenible, entonces, será un ir y venir constante, de invadir, aprovecharse y poner control cuando se grita; no hace falta llegar a eso”, cree el prelado Católico.
Régimen de consecuencias
El alcalde del municipio de Baní, Santo Ramírez, estima que para evitar que Las Dunas desaparezcan urge la colocación de garitas en todas las entradas con militares permanente, pero rotativos para evitar que se corrompan.
Advierte que Las Dunas hay que protegerlas a como de lugar, porque además de ser únicas en el área, son el muro de contención que protege a la Bahía de Caldera y Salinas del Mar Caribe.
Atribuye las ocupaciones de terrenos en el área protegida a falta de régimen de consecuencias, por lo que sugiere someter por ante los tribunales a los responsables para que paguen por los daños causados.
Recuerda que algunas áreas de amortiguamiento existen propiedades que tienen dueños con títulos, a quienes no se pueden echar fuera, ya que en el país existe la seguridad jurídica.
Medidas drásticas
El arquitecto Ismael Díaz Melo, defensor del medio ambientales y los recursos naturales, muestra preocupación por las agresiones a Las Dunas, tanto con la extracción de arenas para pañetes, tumba de árboles y alambradas de grandes porciones de terrenos.
Sugiere a los ministerios de Medio Ambiente, y al de Turismo, tomar medidas drásticas contra los depredadores con vigilancia permanente en todas las entradas al área, porque Baní no puede permitir que la reserva desaparezca.
Subraya que la destrucción de Las Dunas significa terminar con el principal patrimonio natural y turístico de Baní, pero también la desaparición de la Península de Salina, Caldera, la Bahía de Puerto Hermoso, la mina de sal, así como los manglares y la fauna.
Propone la creación de un plan de manejo definitivo de Las Dunas, una especie de Patronato que incluya a representantes de Baní, para evitar que cada cierto tiempo se repita la misma historia.
Pero antes, precisa, hay que recuperar los espacios robados, eliminar las alambradas y someter por antes los tribunales a quienes han agredido el patrimonio con el saqueo de arenas, tumba y quemas de arboles.
Importancia de Las Dunas
La importancia de Las Dunas de Caldera, en la provincia Peravia, radica en la belleza y la biodiversidad, aunque los depredadores humanos han provocado la desaparición de especies de fauna y flora, como la cotorra y los cuervos.
Además de otras especies migratorias que venían a Las Dunas, como el flamenco, las mariposas monarcas y otras que venían de La Siberia, una vasta región geográfica en la parte asiática oriental de Rusia, narra Alexis Agramonte, uno de los fundadores de la Sociedad Ecológica de la Provincia Peravia.
Es lamentable que tanto las autoridades locales como nacionales solamente respondan a la destrucción de Las Dunas cuando la prensa se hace eco de las denuncias que hacen los veedores del área protegida.
Leonel Peña, uno de los auspiciadores de la protección de Las Dunas, deplora que se permitiera un asentamiento humano de entre 20 y 25 casas, muy cerca de la carretera Máximo Gómez, en Salinas, de igual modo, el alambrado de cientos de tareas dentro del parque, bajo la mirada indiferente de las autoridades.
Lamenta que las autoridades locales, como el senador, la gobernadora y los diputados, solamente reaccionan cuando salen las denuncias en los periódicos.
Critica con dureza a las autoridades de Medio Ambiente que no detienen las invasiones de terrenos en el área protegida y a quienes cercan hasta tres mil tareas con alambres.
“Quién le ha permitido eso a ellos, qué autoridad otorga el permiso, alguien lo autoriza a realizar asentamiento y alambrar cientos de tareas dentro de Las Dunas, el senador y los diputados no mencionan eso; la gobernadora creo que ni conoce Las Dunas”, expone.
Siempre han sido depredadas
Alexis Agramonte, conocedor de la historia de Las Dunas, narra que esta ha sido depredada desde hace más de 40 años, siempre con el apoyo de la clase política y la complicidad de los militares.
Recuerda que en 1990 se inventaron un proyecto turístico que no fue más que un pretexto para llevarse la arena que se detuvo porque el alcalde de la época se empantalonó y lograron parar el saqueo.
Subraya que la importancia de Las Dunas radica en la belleza y la biodiversidad, aunque con los depredadores humanos han provocado la desaparición de especies de fauna y flora, como la cotorra y los cuervos.
Además de otras especies migratorias que venían a Las Dunas, como el flamenco, las mariposas monarcas y otras que venían de La Siberia, una vasta región geográfica en la parte asiática oriental de Rusia.
Recuerda que luego de constante lucha, lograron que en 1996 que Las Dunas fueran declaradas Reserva Natural y se le puso el nombre de Felix Servio Ducoudray, con una extensión de 23 kilómetros cuadrados.
«Creada mediante Decreto No.233-96 e incorporada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas en la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales No.64-00”.
Voluntad política
Alerta que sin voluntad política aunque el patrimonio sea elevado a la categoría de Parque Nacional, no rescataría la reserva de las garras de los depredadores.
Fausto Soto, del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) en la provincia Peravía, expresa que los medios de comunicación en la zona están saturados de denuncias sobre la destrucción de Las Dunas,
Sugiere a Medio Ambiente militarizar ese patrimonio natural, mientras se hace un saneamiento deslindando el área protegida y de amortiguamiento, para que nunca nadie piense siquiera, en apoderarse de parte de ese monumento.
Ceara Hatton
El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMARN), Miguel Ceara Hatton, aseguró que Las Dunas de La Caldera, en la provincia Peravia, serán rescatadas por las autoridades.
Hizo el compromiso luego de un amplio recorrido por Las Dunas, el fin de semana, como parte del proceso de levantamiento de información para el proyecto que busca liberar esa área protegida de la ocupación ilegal que vienen impulsando hace años sectores de diversos estratos económicos.
Ceara Hatton recordó que después de una evaluación de impactos en Las Dunas, Medio Ambiente inició, con el Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa), el retiro de alambradas colocadas en forma ilegal, además de notificar la paralización de casas en construcción.
“Las personas que dañan esta área han persistido en violar la ley durante los últimos años, pero las autoridades estamos dispuestas a buscar una vía de solución definitiva que preserve las dunas por el valor de su biodiversidad y aportes al ecoturismo local”, dijo Ceara Hatton.
Flora y Fauna
Entre las especies endémicas destruidas dentro del área protegida figuran: Guano de Baní (Coccothrinax spissa), también conocido como Guano Barrigón;
La flora se encuadra como bosque seco subtropical, aunque se caracteriza por la presencia del mangle rojo, el mangle botón o falso mangle, el mangle prieto y el mangle amarillo.
Entre los árboles de anclaje están el aceituno, por ejemplo, o el cambrón; entre los cactus están la alpargata y el cayuco.
La fauna está compuesta por lagartos y reptiles como La Iguana de la Hispaniola y varias aves como la garza egretta, insectos y artrópodos.
«Las Dunas de Baní, como se le conoce popularmente, se sitúa en la costa Sur de la isla. Tiene una superficie de 20 kilómetros cuadrados, creada mediante Decreto No.233-96 e incorporada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas en la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales No.64-00.
Las Dunas son dañadas por desaprensivos que construyen viviendas o cultivan diversos rubros, como limón, lechosa, plátano, mango o maíz.
Ceara Hatton hizo el recorrido en compañía del director del Senpa, capitán de navío, René Rodríguez Álvarez; la directora jurídica de Medio Ambiente, Ana Patricia Osser; el director de Áreas Protegida, Ney Soto, el director de Fiscalización, Manuel Pérez, y varios integrantes de su equipo de trabajo.