SANTO DOMINGO, RD. -Los residuos sólidos y las aguas residuales continúan llegando al río Ozama a través de las cañadas Bonavide y Don Bosco, a pesar de la inversión de más de RD$2,000 millones del gobierno en el proyecto Nuevo Domingo Savio (NDS), inaugurado por el presidente Luis Abinader el 17 de diciembre pasado.

A pesar de que el proyecto tiene como objetivo principal quitarle parte de la inmensa carga de residuos sólidos y líquidos,  liberar y recuperar la margen del río Ozama, conectar los barrios Los Guandules y La Ciénaga, así como mejorar la calidad de vida de sus habitantes, aún continúa pendiente.

Quienes habitan los alrededores de las cañadas siguen lanzando la basura en esos caudales, lo que pone en peligro sus propias vidas, porque cuando llueve los residuos tapan las rejillas, lo que se convierte en represa de las aguas que inundan a decenas de viviendas a los largo de la avenida de El Río.

Los pescadores que fueron desalojados del lugar donde desarrollaban sus actividades, próximo a la entrada de La Ciénaga, llevado a la plaza levantada en el lugar, ahora sus ventas se han caído de manera estrepitosa.

FOTO: A la izquierda del río Ozama la Plaza de Los Pescadores, que ahora sus ventas se han desplomado por competencia en la avenida.

Rafael Santana, dirigente de la Asociación de Pescadores Ozama, señala que las ventas han caído en más de un 80 por ciento luego que fueran trasladados a la plaza, a pesar de que ese lugar está más cómodo, confortable e higiénico.

Atribuye las pocas ventas a que muchos pescadores instalaron sus puestos en sus viviendas a orilla de la avenida del Río, por lo que los clientes se quedan arriba y no bajan a la plaza.

Además, indica, el área de estacionamientos para clientes ha sido ocupada por los vecinos, y aunque se han dirigido a la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN) para que resuelva el problema, no ha hecho caso, tras alegar  que se trata de una plaza pública.

Aguas negras y basura

Melly Altagracia Cedano, narra que antes su vivienda marcada con el número 53  no se inundaba en tiempo de lluvias, pero luego de la construcción de la avenida del Río tienen que dormir con un ojo abierto y otro cerrado, porque su casa se llena de agua.

FOTO: Moradores del barrio La Ciénega, señalan las aguas negras y residuales represada por la avenida del Río y que son amenazas para la salud del lugar.

Atribuye las inundaciones ahora a que los residuos sólidos y los escombros tapan las rejillas de los filtrantes que fueron colocados en algunos lugares de la vía, los que se convierten en represas.

De su lado, Juana Evangelista, en la casa número 66, estima que los desarrolladores de la obra debieron construir más drenajes para que las aguas no se detengan y no se conviertan en un peligro para quienes habitan a orilla de la avenida del Río.

Señala que como la basura y las aguas residuales se mantienen estancadas a todo lo largo de la avenida, se convierten en focos de enfermedades respiratorias como dengue, leptospirosis, malaria y otras.

FOTO: La cañada de Bonavide, en desembocadura hacia el río Ozama, sigue llevando residuos sólidos y aguas residuales.

En Los Guandules

José Hilario, del barrio Los Guandules, afirma que cuando llueve la cañada San Juan Bosco, arrastra toneladas de basura de la parte alta, desde la avenida Francisco del Rosario Sánchez y el el Mercadito tapando los filtrantes al llegar a la avenida del Rio.

Denuncia que quienes habitan a ambos lados de la cañada rompen la cobertura de la cañada para vaciar los residuos sólidos que al llegar a la avenida se convierten en represa, poniendo en peligro sus vidas y bienes.

Lidio Alberto Polanco, estima que quienes habitan en la parte baja de Los Guandules no descansarán de las inundaciones mientras no se tomen medidas que impidan lancen basura a la cañada Don Bosco.

Revela que para evitar que las inundaciones arroparan cientos de viviendas con las más recientes lluvias, los vecinos se vieron obligados a penetrar a la cañada debajo de la avenida y con la ayuda de los bomberos del Distrito Nacional sacar toneladas de residuos para que el agua pudiera fluir hacia el Ozama.

FOTO: Cañada San Juan Bosco, en Los Guandules, al cruzar la avenida del Río, basura amontonadas luego que vecinos y bomberos la sacaran de la parte baja de la avenida.

La entrega

A mediado de diciembre del año pasado, el presidente  Luis Abinader encabezó el acto de inauguración del proyecto de intervención urbana Nuevo Domingo Savio en la ribera oeste del Río Ozama, iniciativa llevada a cabo por la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entorno (URBE).

El proyecto  impactaría de manera directa a 43 mil personas que residen en dos de los sectores más populares y densos del país:  La Ciénaga y Los Guandules del Distrito Nacional, en un área de 112 hectáreas.

Como parte de esta iniciativa fueron trasladadas aproximadamente 2,500 familias para un total de 8,800 personas que por décadas vivieron en la zona de mayor riesgo y vulnerabilidad por las permanentes crecidas del río.

FOTO: Las aguas negra estancadas detrás de la avenida del Río, al no poder desaguar hacia el río Ozama.

Lo contrario

Sin embargo, instituciones como Ciudad Alternativa y el Comité Para la Defensa de Los Derechos Barriales (COPADEBA) critican el modelo de intervención, ya que a las familias desocupadas no se les construyó viviendas par aser trasladads, sino dinero en efectivos, lo que hizo que la mayoría se quedara en la misma zona, a veces en condiciones peores que antes.

 Familias que habitan en Los Farallones y parte baja de esta pendiente cada vez que llueve salen a denunciar inundaciones de sus viviendas, básicamente próximo a la Planta de Tratamiento, debido a la gran cantidad de agua que baja de la parte alta y que no encuentra salida cuando baja.