SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Legisladores de los partidos Revolucionario Dominicano y Fuerza del Pueblo (FP), sometieron ante la Cámara de Diputados un proyecto de resolución en el que solicitan la interpelación del presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini, para que responda por la ola de apagones que azota el país

Los diputados  Ramón Raposo del PRD, Rafael Pérez y José Alberto Jiménez FP, depositaron el proyecto de interpelación del funcionario en la secretaria general legislativa de la Cámara Baja.  

Los proponentes sostienen que las constantes interrupciones en el sistema eléctrico han generado pérdidas económicas considerables para comerciantes y pequeñas empresas, además de provocar un clima de malestar social que se ha traducido en protestas y manifestaciones en diferentes comunidades.

Indican que ha sido notorio observar en los medios de comunicación y redes sociales los múltiples actos de raterías, robos, asaltos y más acciones delictivas, como consecuencia de la ausencia de energía eléctrica que deja campo abierto a los delincuentes.

Los legisladores señalan que, debido a la incertidumbre generada por los apagones, la población de diversos sectores ha protestado, por la falta de energía eléctrica, lo que consideran como reclamo justo de la población los cuales podría generar inestabilidad social y convertirse en una escalada provocadora de caos e inclusive socavar el estado de derecho y el clima de democracia que vive el país. 

Los congresistas establecen que hasta el momento las autoridades no han podido dar una respuesta convincente a la población sobre la realidad que atraviesa el sector eléctrico.

Mediante el proyecto de interpelación los legisladores procuran que el presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini ofrezca una explicación  al país a través del Congreso Nacional, sobre las razones reales de la crisis en el suministro de un servicio vital como el energético a pesar de la escalada de préstamos y las altas tarifas pagadas por la ciudadanía.