SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A 60 años de la Revolución de Abril de 1965, la principal amenaza de la soberanía dominicana hoy lo constituye la catástrofe sin límite de Haití bajo el control tribal y sangriento de bandas armadas que cometen crímenes de lesa humanidad ante los ojos de la comunidad internacional.
Así lo proclamó Juan Pablo Uribe, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias (CPEP) en el acto de conmemoración del 60 aniversario de la Revolución, en el Panteón Nacional, donde reposan los restos del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Deploró que Amnistía Internacional (AI) pida al Gobierno dominicano poner fin “de inmediato” a las expulsiones colectivas de haitianos y derogar el protocolo que vincula el acceso a servicios de salud con la deportación, que se comenzó a aplicarse el lunes como parte de unas medidas puesta en marcha por el país frente a la inmigración irregular desde Haití.
Instó a AI empujar a la comunidad internacional a una solución urgente en la vecina nación, tras señalar que todas las grandes potencias y organismos extranjeros admiten que en Haití lo que existe es una catástrofe humanitaria.
Uribe expresó que la revolución constitucionalista es el principal acontecimiento político, popular, militar e ideológico con proyecciones internacionales del siglo XX en la RD.
Fue desencadenada por el fatídico golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963, desconociendo brutalmente la constitución democrática dominicana y derrocando un gobierno legal y ampliamente legítimo encabezado por el presidente Juan Bosch.
Explicó que dos años después y mediante un proceso de organización, concienciación y determinación articulada, la respuesta a la barbarie golpista viene con el movimiento militar constitucionalista, que en el transcurso se despliega como militar y civil protagonizado por el pueblo dominicano.
Uribe manifestó que “la revolución constitucionalista de abril del año 1965 cumple 60 años en el calendario de las proezas de leyenda que configuran nuestras efemérides, momentos luminosos para la veneración, la reflexión y la dignificación de la memoria histórica convertida en lección ejemplar para el presente en su trayecto cotidiano al futuro”.
Advirtió que a 60 años de aquella epopeya, los retos como nación democrática apuntan hacia la protección de la soberanía, la seguridad nacional y la propia identidad como nación ante el peligro real que representa la catástrofe sin límites de Haití bajo el control absoluto de bandas que cometen crímenes de lesa humanidad ante los ojos de la llamada comunidad internacional.
Es por eso, afirma, hoy se reivindica el patriotismo de acero del pueblo de abril de 1965 custodiando activamente la frontera, promoviendo la unidad sin banderías partidarias, y resguardando la patria dominicana para los dominicanos.
A nombre de la familia Caamaño habló Paola Caamaño, hija del presidente constitucionalista Francisco Alberto Caamaño Deñó, mientras que Oleka Fernández habló a nombre de la familia de Rafael Fernández Domínguez.
La ceremonia inició con la caminata solemne hasta el altar del Panteón, seguido del depósito de ofrendas florales, el ritual en la llama votiva y luego se entonaron las notas del Himno Nacional.
El acto contó con la presencia del Coronel Juan Manuel Lora, Fellita Caamaño, Milagros Caamaño, Ludovino Fernández y Alma Fernández, y otros miembros de la Fundación Juan María Lora Fernández, la Fundación Héroes de Abril y la Fundación Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez.