SANTO DOMINGO.- En franco desafío a la comunidad educativa de La 40 de Cristo Rey, en el Distrito Nacional, la Regional de Educación comenzó a pintar el plantel, sin antes corregir las grietas y otras fallas de la edificación, denunció el sacerdote José Luis Hernández, director del Centro Parroquial.
El cura Hernández advirtió que los padres no enviarán a sus hijos a clase en las condiciones en que se encuentra el plantel, porque constituye un peligro que las autoridades pretenden tapar con pintura.
Considera que la situación que se presenta en el Liceo Escuela Parrroquial San Pablo Apostol, es muy delicada, ya que el director regional, Rafael Figueres, acudió ayer al plantel a imponerse con una brigada de pintores que inició en el techo de la tercera planta, sin antes corregir las filtraciones.
Dijo que el funcionario, ahora desesperado por lo que no hicieron durante un año con las escuelas cerradas por la pandemia del Covid-19, pretende lavar la cara al edificio sin importar el peligro a que expongan.
José Luis Hernández convocó al Comité de Padres y Amigos de la Escuela para este sábado a partir de las 4:00 de la tarde, porque ocuparán el plantel el lunes desde las 7:00 de la mañana.
“Pero desde ya estamos diciendo que no habrá docencia, porque con el tollo que están haciendo no es verdad que habrá condiciones para que más de mil 400 alumnos asistan a recibir el pan de la enseñanza”, indicó.
El pasado siete de este mes la comunidad educativa de La 40 de Cristo Rey, con el padre Hernández a la cabeza, convocó una rueda de prensa para mostrar paredes y techos agrietados, filtraciones en diferentes aulas, baños destruidos y falta de espacios físicos que imposibilitan que más de mil 400 alumnos, desde inicial hasta el bachillerato, inicien el año escolar el lunes, como ha sido programado por las autoridades.
En una concentración en el plantel, la comunidad educativa advierte a las autoridades del Ministerio de Educación que no habrá clase en ese lugar hasta tanto no sean corregidas las fallas denunciadas desde hace más de dos años y que debieron ser corregidas durante el recién pasado año escolar cuando los alumnos no estuvieron en las aulas por la pandemia del Covid-19.