SANTO DOMINGO, RD.-Tal como habían pronosticados los expertos en medio ambiente y recursos naturales, toneladas del sargazo invade la Costa Sur de Santo Domingo y las playas del Este de República Dominicana, con graves amenazas para el turismo en la zona.
Desde Guibia, pasando por todo el litoral del Malecón de Santo Domingo, Fuerte San Gil, Playa Montesinos, así como desde Boca Chica, Playa Caribe, Guayacanes y Juan Dolio, se observa una gran mancha del alga, tanto fuera como dentro del mar.
Para tratar de mitigar la presencia del sargazo, comerciantes y alcaldías redoblan esfuerzos para por lo menos limpiar las playas, aunque no dan abastos por la gran cantidad que el mar deposita en la arena.
Herminia Fermín, propietaria del Restaurant Playa del Sol, en Juan Dolio, narra que las ventas han disminuidos considerablemente luego de la presencia del sargazo en la playa, debido a que reciben menos visitantes.
“Es algo que nos ha dado fuertemente a nosotros los comerciantes, porque si no tenemos público no hay negocio”, expresó Fermín.
Indica que fue a finales de Semana Santa cuando la playa de Juan Dolio comenzó a recibir masivamente el sargazo procedente de México, donde el alga ha hecho estragos.
Indica que hasta ahora solo los comerciantes organizan brigadas para limpiar el entorno de la playa, por lo que estima que tanto los ministerios de Turismo y de Medio Ambiente deben buscar salida rápida a la situación.
Considera que aunque todavía no existen soluciones, por lo menos las autoridades deben trabajar con los comerciantes para enfrentar el sargazo que llega a las playas.
José Armando Severino, de la Asociación de Comerciantes y del Sindicato de Trabajadores Playeros de Boca Chica, informó que desde el sbado de la semana pasada el sargazo comenzó a llegar en grandes cantidades a la playa.
La alerta la hizo hace dos meses el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMA) a través del viceministerio de Recursos Costeros y Marinos, tras señalar que esas algas ya impactan diferentes regiones del país como el Este, el Norte y el Sur del país.
Sostuvo que la presencia del alga afecta considerablemente la actividad comercial, debido a que los dominicanos y turistas se abstienen de visitar el lugar más emblemático del gran Santo Domingo.
“La suerte que tenemos un ayuntamiento preocupado por la situación, y junto a nosotros los comerciantes limpiamos el área de playa; el cabildo nos facilita los camiones”, apunta.
La principal amenaza económica, turística y medioambiental para el gran Caribe y México, pero de manera específica para República Dominicana, son miles de toneladas de sargazos que invaden sus aguas, playas y costas, considerada como epidemia escapada del control humano.
José Ramón Reyes, viceministro de Recursos Costero y Marino, define la presencia del sargazo en las aguas de la isla como una verdadera catástrofe para la economía, sobre todo, para una nación cuyo mayor actividad generadora de recursos es el turismo.
Precisa que desde 2008, se comenzaron elaborar los primeros registros sobre las consecuencias del sargazo, pero en 2011 se consideró un problema regional, desde La Florida hasta las costas de Quintana Roo y Nueva Celeste, en México.
En 2018, apunta, se consideró el año record sobre la presencia del sargazo en El Caribe, y la Costa de México, pero en 2020, también hubo un aumento considerable del alga con unas 60 mil toneladas métricas.
Para 2022 se calcularon 64 mil toneladas la presencia del alga en la región, mientras se calcula que en un mes de 2023 entraron a las aguas del Caribe 15 mil toneladas métricas del sargazo, lo que prevé una situación catastrófica, no solamente para la región, sino de manera puntual, para la RD para este año.
Indica que se calcula que un 60 por ciento del sargazo que circula por la región termina en la costa de México y el 40 por ciento por RD, y que las expectativas para el país es que lleguen entre 20 a 25 mil toneladas métrica.
La presencia del sargazo es notable en las playas Caribe, Guayacanes y Juan Dolio, perteneciente a la provincia de San Pedro de Macorís; de igual modo, en la playa de Boca Chica, en Santo Domingo.