SANTO DOMINGO, RD.- Apenas el 10 por ciento del agua con que cuenta la República Dominicana está regulada, cuando por lo menos el 40 por ciento debería estarlo, para poder garantizar la seguridad hídrica para consumo humano, la agropecuaria y la industria en todo el territorio nacional.
En su exposición en el Primer Congreso de Seguridad Hídrica y Gobernanza del Agua que aborda el estado, uso y desafíos del líquido en RD, Javier Zuleta, consultor del Banco Mundial, estima que el país se encuentra en el grupo de naciones con menor grado de regulación de ese elemento, que la colocan en una posición muy difícil para gestionarla.
Al disertar con el tema La Triple Dimensión del Agua y su Impacto en la Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) estima que muchas de los temas que se discuten son problemas causados por personas que estuvieron antes a cargo de estos o por gobiernos que tienen que remendar lo que el anterior hizo y que no se implementó.
Deploró que en el país no se conozca todavía la naturaleza de la interconexión del agua, la fragmentación institucional, falta de enfoque integral que contabilice costo beneficio social y ambiental para sostener una política más integrada.
Sostuvo que la gobernanza del líquido es fundamental para la sostenibilidad ambiental, el desarrollo económico y el bienestar de la gente.
Señaló que la seguridad hídrica depende del capital hídrico, su estructura y las instituciones, que depende del contexto social, cultural, económico y político, además de un liderazgo eficiente para llevar el agua a la jerarquía que corresponde en el proceso de desarrollo sostenible con planes viables.
Explicó que la seguridad hídrica se obtiene cuando aumenta el poder productivo del agua y se minimiza la fuerza destructiva, en que cada persona tiene acceso suficiente al líquido para una vida saludable y productiva, donde las comunidades están protegidas contra los daños.
En definitiva, apuntó, trabajar para la seguridad hídrica conlleva aprovechar su capital para poder ofrecer servicios confiables y mitigar riesgos, gestionando lo que define como las tres I: instituciones, infraestructura e información.
Cita que todavía en mundo existe un 25 por ciento de la población mundial que no tiene acceso al agua, casi la mitad no tiene acceso a saneamiento y los desastres hídricos han afectado a casi la mitad de la población en el mundo.

Asimismo, indica, que el 80 por ciento del agua servida sigue sin tratamiento, lo que significa que la terea es enorme, lo que atribuye a un problema de gobernanza del agua, no a cuestiones foráneas a lo que apelan autoridades para obviar responsabilidades.
El cónclave, que termina este viernes, fue organizado por la Unidad de Gestión del Agua, dependencia de la Vicerrectoría de Investigación de PUCMM responsable del estudio, educación, asistencia y consultorías en el sector agua dirigida por Silvio Carrasco.
El ingeniero Carrasco estima que otro componente es lograr la gobernanza del agua, no la legislación, que es un componente, ya que sin la primera no importan las leyes, como las que existen hoy en día.
Explicó que la gobernanza consiste en que haya una autoridad del agua con la capacidad institucional y credenciales del gobierno y sociedad civil para administrar los derechos de uso del líquido.
Manifestó que para garantizar la seguridad hídrica hay que cumplir tres componentes: hacer que todos los usuarios paguen por el agua; que sean construidas al menos 20 presas y 200 lagunas en el país en los próximos 20 años.
Con estas obras, señala, se llevaría de dos mil millones de metros cúbicos que existen regulados actualmente en el país, a seis mil millones de metros cúbicos, que es el 50% de la demanda nacional, por lo que hasta que no se tengan esas obras RD no tendría seguridad hídrica.
Explica que la Ley de Agua es solamente un componente de la gobernanza del líquido que se logra con alianza de la sociedad civil, las agencias públicas, el sector privado y los demás sectores para crear un organismos oficial.
Afirma que actualmente en RD no existe un organismo que gobierne el agua, situación que provoca que la mayoría del líquido que producen las cuencas del país no se aproveche y se pierda en el camino.
“Tiene que haber un dueño del agua, una gobernanza con la gestión de cuencas, con los sistemas hídricos, con las entidades integradas, con las políticas públicas aplicada a los derechos administrativos”, expuso.