SNATO DOMINGO, República Dominicana.- El secretario general del Movimiento de Izquierda Unida (MIU) Miguel Mejía, acusó al presidente Luis Abinader de convertir el Palacio Nacional en un “vertedero” tras recibir en la casa de gobierno al ex candidato presidencial de Venezuela, Edmundo González, y recientemente al secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio.
En conferencia de prensa, Mejía definió los anuncios del funcionario norteamericano como de intromisión y atentado contra la soberanía nacional, al señalar temas como el de tierras raras, que ameritan de la aprobación del Congreso Nacional, así como el fronterizo, narcotráfico y otros.
El dirigente de izquierda estima que frente a esa actitud no ve posibilidad de entendimiento entre los presidentes Luis Abinader, de República Dominicana y Nicolás Maduro, de Venezuela.
Recordó que en diciembre pasado, a propósito de las navidades, subió a las redes sociales un mensaje de Maduro felicitando a Abinader, con lo que extendía un ramo de olivo al mandatario dominicano con miras a un entendimiento, sin embargo, este respondió recibiendo a Edmundo González en el Palacio Nacional.
Define como curioso que  en rueda de prensa en el Palacio Nacional, símbolo del poder en la RD, fuera el diplomático extranjero, y no el presidente Abinader, quien revelara un contrato del gobierno dominicano con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano, que amparaba las exploraciones para determinar la existencia de tierras raras en el país.
Por supuesto, afirma, se trata de un proceder sospechoso y peligroso, de carácter estratégico y con facetas que tocan la seguridad nacional y la independencia económica de RD.
Precisa, que por ese carácter debió de ser presentado y aprobado por el Congreso de la República, en tanto podría afectar su economía, seguridad y soberanía.

Se pregunta ¿Por qué algo tan importante se ha mantenido lejos del escrutinio de los legisladores, la prensa y la sociedad dominicana? ¿A qué se debe el secretismo en este contrato y su falta absoluta de transparencia? ¿Qué derecho le concedemos a un diplomático extranjero a anunciar, como si se tratara de un asunto de política doméstica norteamericana, lo que es estrictamente un asunto dominicano?.
Señala que los estimados de los ingenieros norteamericanos son deliberadamente inexactos, con el objetivo de reducir la influencia china en esta industria estratégica, usando a República Dominicana como moneda de cambio.
Expuso que las vagas promesas que Marco Rubio esbozó en la conferencia de prensa augurando un destacado papel de la República Dominicana en el desarrollo en los sectores energéticos y de producción de tecnologías médicas y de seguridad modernas, dejan el sabor de un caramelo de consuelo.
Nada concreto, solo especulaciones sin pruebas, como para mantener entretenido al país en lo que se avanza en lo de las tierras raras, que si es algo concreto de su especial interés y en marcha.
Un elemento importante para este análisis es el anuncio del presidente Abinader que el país cuenta con una reserva de más de 100 millones de toneladas métricas de tierras raras, que son aquellas que contienen 17 elementos químicos, imprescindibles para la fabricación de tecnología moderna, y que dicha reserva “es muy importante para los Estados Unidos”.
Estimado de tierras raras en el país que algunos especialistas ponen en dudas al señalar que China, líder mundial en este sector, solo posee 44 millones de toneladas métricas, que representan el 37% de las reservas mundiales y controla la industria del refinamiento, lo que representa el 80% de la industria global de este rubro.

En torno al tema haitiano, Mejía deploró que Rubio no dijera una palabra sobre la manera concreta de atacar las raíces del mal y del origen de la grave crisis de aquel país: la pobreza extrema en que vive la mayoría de sus habitantes.
Sobre la incautación del avión de Maduro en el aeropuerto La Isabela, dijo que ningún gobierno debe permitir que una autoridad extranjera vaya al territorio de un Estado a ejercer actos judiciales contra otro Estado, por lo que la soberanía dominicana se le puso en las manos a Marco Rubio, complaciendo su antojo.