SANTO DOMINGO.- El   Sindicato de Teatristas de la República Dominicana (SITEARD) lamenta que el presidente desaprovechara otra oportunidad de expresar compromiso y explicar las ejecutorias que realiza su administración, lo que evidencia que  la cultura  continúa  sin políticas públicas que respondan a la realidad del sector, sin presupuesto y sin transparencia. 

La cultura no puede quedar fuera de los procesos de rendición de cuentas del Estado, es deber de las autoridades comunicar  prioridades, hacer visibles avances e identificar desafíos del sector. El colectivo demanda  transparentar montos, criterios, resultados de convocatorias y otras informaciones relevantes que permitan a la ciudadanía  evaluar  el  uso de  recursos públicos previstos para el fomento del arte y la  cultura.   

Aunque fueron omitidas, las demandas del sector se hicieron presentes en el discurso del pasado 16 de agosto de manera simbólica. Debido a las lluvias en la ciudad de Santiago, el presidente Abinader tuvo que dirigirse al país desde el Gran Teatro del Cibao (GTC), por cuya reparación y acceso democrático han venido clamando los teatristas de la región. Los altos costos hacen al Gran Teatro inaccesible para los/as creadores/as independientes.  

Tras darse a conocer que la alocución presidencial tendría sede en Santiago, el Ministerio de Cultura  informó sobre   la  reparación  del  aire acondicionado del GTC y  la adquisición de  butacas para el  Centro de la Cultura de Santiago,  como    venían solicitando los teatristas  desde hace varios años. Esperamos que estas necesarias adecuaciones  se ejecuten con la misma agilidad de su reciente anuncio.

SITEARD aboga además por la reparación de la  Sala Máximo Avilés Blonda (todavía con problemas de aire acondicionado) y la recuperación de los deteriorados edificios de las escuelas de Bellas Artes que se encuentran en precarias condiciones en casi todo el país.  Los centros culturales y salas de Estado necesitan supervisión, recursos para su mantenimiento y una  gestión eficiente que permita acercar al pueblo  las propuestas artísticas locales.

Nuestro balance: dos años de abandono

Luego de dos años de gestión  y grandes promesas de cambio, el presidente proclama que su administración conduce al país a una “nueva gesta restauradora”, que al parecer no ha llegado al sector cultural, como tampoco ha llegado a la mayoría trabajadora.   El proceso de desinversión ha sido violento, la ministra Milagro Germán ha reconocido  recortes a organizaciones de servicio comunitario y  la falta de recursos para la acción: actualmente el 74 por ciento de los fondos del Ministerio de Cultura (MINC) están destinados al pago de nómina, lo que ha hecho desaparecer  programas que benefician a las/los trabajadores independientes  como el   Fondo Nacional de Estímulo para la Creación Cultural y Artística (FONNECA).   

Los/as trabajadores/as de la cultura atravesaron sin respaldo del Estado la angustiante pandemia y sus terribles restricciones e impulsaron de forma independiente la reactivación de actividades artísticas, docentes y  de animación social. Hoy todavía se encuentran a la espera de mecanismos de apoyo  para impulsar sus aportes y garantizar derechos culturales a la población.   El desdén del Poder Ejecutivo se ha hecho latente, desde el inicio del actual mandato en 2020, en ninguna intervención oficial el presidente se ha  referido a  los   compromisos pendientes con el  sector cultural.

Propuestas de SITEARD

SITEARD reitera al presidente Luis Abinader y a las autoridades del MINC tres líneas de acción que permitirían encausar la gestión gubernamental:

  • Más inversión en cultura. Presupuesto a la cultura independiente a través de convocatorias públicas y democráticas para el sostenimiento de la diversidad de iniciativas y espacios culturales que mantienen vivo el arte en todo el país.  Demandamos que vuelva el Fondo Nacional de Estímulo para la Creación Cultural y Artística (FONECCA), deshabilitado arbitrariamente durante la pandemia.
  • Democratización espacios culturales del Estado. Es necesario una política de acercamiento y apertura entre las salas y quienes crean y gestan el arte, que permita garantizar que la diversidad de expresiones culturales y artísticas lleguen a la gente. 
  • Transparencia y descentralización. Información clara y oportuna sobre el uso de los recursos en materia cultural, que se extienda la inversión a toda la geografía nacional con garantía de su acceso democrático, sin corrupción ni clientelismo.